“Toda empresa que almacena información de terceros a través de dispositivos electrónicos está expuesta a ser víctima de un ataque cibernético”

Sobre las consecuencias del nuevo RGPD europeo ante las fugas de datos y la necesidad imperiosa de estar ciberprotegidos

Vivimos en una sociedad que está hiperconectada, con una fuerte presencia de aparatos electrónicos conectados entre sí, lo que se conoce como “El Internet de las Cosas”. Y aunque la transformación digital ha traído consigo grandes beneficios en los últimos años, también nos ha hecho más vulnerables, sobre todo en lo referente a la facilidad con la que puede compartirse información sobre nosotros, los usuarios.

“La ciberseguridad es un factor crítico para garantizar la correcta transformación digital […] Necesitamos un sistema de seguridad fuerte, propio, que nos proteja frene a los ciberataques, cada vez más complejos, a los que estamos también cada vez más expuestos”, afirman al respecto desde la firma de seguridad S2Grupo.

El escenario ha dado pie a que se impulsen medidas encaminadas a la protección de los usuarios, entre las que destaca, y en cabeza, el polémico nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), cuya aplicación, durante los primeros días, ha traído cierto caos a empresas europeas, desde multinacionales hasta pymes.

Y aunque el apocalipsis que muchos temían con el nuevo RGPD europeo no ha sido tal y el pánico ha ido descendiendo, la reciente normativa sigue trayendo cola y quebraderos de cabeza a empresarios, sobre todo por la gravedad que comporta su incumplimiento. Y es que las consecuencias de no seguir las reglas pueden ser particularmente graves y traer consigo sanciones económicas elevadísimas (multas de hasta 20 millones o del 4% de la facturación anual); entre las más destacadas, aquella que castiga el no haber comunicado en menos de 72 horas una fuga de datos a consecuencia de un ataque cibernético.

Y aquí volvemos a recuperar al tema que nos ocupaban los primeros párrafos. ¿Qué posibilidades hay de sufrir un ciberataque? Las probabilidades de que se produzca una fuga de datos personales de los clientes a manos de una compañía no son tan bajas como a priori podría pensarse. Es más, ¿sabías que España sufrió en 2017 el mayor número de ataques cibernéticos de la historia? Superando los 120.000 y  de acuerdo con el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe); esto se traduce en un 140% más que hace 2 años.

Es por ello que resulta especialmente recomendable para las empresas que dispongan de los medios necesarios para prevenir y evitar estos ataques; y no sólo eso, también que estén preparadas para saber cómo actuar en esas situaciones, así como cómo tratar la información que obran en su poder. Los beneficios de contar con un consultor de confianza y especializado en la nueva legislación es clave, tanto para recibir por su parte asesoramiento como para contar con soluciones aseguradoras ante la posibilidad de ser sancionados.

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Vía | Diario Expansión